SIMPLEMENTE

Simplemente sales,
cierras la puerta y no piensas.
Llovía. Miré por la ventana:
el sillón, las plantas, los cuadros,
mis preciados libros que me estaban esperando.
Acerqué mi cara al vidrio,
ví tu retrato. Me mirabas desde el escritorio,
pensé en tí.
La lluvia empapaba mi cuerpo, volví a pensar en tí,
en mi propia muerte.
Que no se entristezca el mundo,
si yo desaparezco.
Que no se entristezca el mundo,
si no se encienden nuestros deseos.
Morir no es nada,
perderte es lo incomprensible.

Patricia Elena Vilas


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